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Diseño para caja sin tapa frontal.

En que términos podemos hablar de un ladrillo, como un objeto, como una escultura o una artesanía? A un ladrillo no se le considera una artesanía pues su producción serial determina las formas de relacionarnos con él, lo que implica que la experiencia con el objeto es más practica que estética pero, si consideramos al ladrillo como el barro que es modelado por el contexto y cocinado a la temperatura de sus necesidades, un ladrillo se erige como una escultura orgánica que simbólicamente refleja los síntomas de la cultura (lo marginal). Responder de acuerdo a las necesidades es una insuficiencia que permite estar en continua transformación de las significaciones y el ladrillo es como una señal que indica las contingencias de nuestra cultura.

Un ladrillo de seis hoyos mide 20.5 x 28.5 x 10.5 centímetros y cada hoyo mide 3.5 x 5 x 28.5 centímetros. En una pared sin estucar los hoyos de un ladrillo sirven como gavetas para guardar objetos pequeños como un cepillo y una crema dental. (la imagen corresponde a un snapshot de la película Rodrigo D)

La gráfica corresponde al modelo de una caja sin tapa frontal de 3.4 x 4.9 x 20 centímetros y está diseñada para ser introducida entre los hoyos de un ladrillo. El modelo dela caja no tiene tapa, si fuera hermética posiblemente se alterarían los valores significantes de cada hoyo.







El tubo azul

Cómo se revelan las imágenes, ¿sobre la mirada de un sujeto astuto que hace posible que aparezcan en nuevos términos? ¿por circunstancias casuales? Está imagen corresponde a la casualidad que me dice –un momento, tengo que detenerme-, entonces entre la casualidad empiezo a tomar fotografías sin flash en una resolución de 3.0 megapixeles, y ahora es todo, menos una casualidad, es la materialización de alguna asociación, algo que tiene origen sobre algún referente.

Podría describir cómo esta casualidad tiene mucho parecido con lo que puede ser un objeto escultórico e inclusive agregarle un género – esto es minimalista!- y para lograr que continúe siendo bello citar a Donald Judd, pensando que tenia toda la razón “estos objetos tienen la capacidad de no decir nada”. Lo que se me apareció como una casualidad, en los años sesenta se denomino como una estructura primaria (insignificante) pues sus formas se escapan de ser significadas, y los significantes ya no dan cuenta del hombre, por el contrario referían a lo inanimado (industrial), hecho que también había quebrado los límites sobre la procedencia del objeto artístico. Todo esto me lo encontré ahí, al lado de esa residencia de la diez y seis; un objeto que había superado las barreras entre lo real y lo subjetivo, enseguida empiezo a dudar y me pregunto ¿en que momentos y en donde aparece eso que llamamos arte?

Cualquier sujeto astuto puede hacer posible que esta casualidad aparezca en nuevos términos, pero ya no estamos en los sesentas y las imágenes tampoco se nos revelan como un milagro (suceso determinado por una galería), tampoco quiero decir que estos tubos azules representen más de lo que son, tan solo se trata de una excusa que confronta mi experiencia con tal casualidad.






Entrevista a Gimena Zambrano y Frey Español del colectivo AutoArt.



Gimena Zambrano y Frey Español son dos de los tres integrantes del colectivo AA+, grupo que ha desarrollado proyectos de intervención plástica en la ciudad de Bogotá. En la siguiente entrevista ellos nos comentaran como se han desarrollado sus procesos.

¿Por que trabajar en el espacio publico?

Gimena Zambrano: El espacio público es una forma de poner a prueba nuestro trabajo, donde las relaciones de contexto generan un nuevo discurso, a la vez que se propone un diferente marco de interacción-.

Frey Español: La idea de que el arte es sólo lo que se encuentra en la galería, se ve desafiada o sentenciada a desaparecer en un contexto donde la gente tiende a salir, tiende a extender toda su capacidad imaginativa mientras transita, mientras está en contacto con los demás. En nuestro caso el arte no es únicamente lo que está dentro de los espacios expositivos, también puede contener lo que se encuentra afuera, en los espacios por los que circulamos; o al menos nuestra buscada definición de arte no se aleja de las inquietudes que cada individuo puede tener en la calle, en su vida cotidiana; lo que se intenta es filtrar el afuera en el adentro y a la inversa.

El espacio público es como un collage saturado de información, ¿las galerías y salas de exposición no son el espacio más propicio para filtrar las expresiones artísticas?

G.Zambrano: Las imágenes ahondan al interior de la vida social misma. La producción de la obra ya no está determinada solamente al interior de un grupo, además, los métodos de distribución aparecen como un nuevo recurso, ya que hay un público más diverso.

F.Español: Queremos darnos la posibilidad de decir algo con lo que hacemos, quizá como información puede no ser tan claro que como simple gesto; se trata de llevar nuestras preocupaciones a un contexto público, incorporar nuestras preguntas como individuos a un contexto no predispuesto, a un contexto desinteresado que las interpreta según sus propios códigos.

El arte siempre se ha considerado como algo que pertenece a la elite, tomar la decisión de trabajar fuera de los contextos tradicionales ¿no es una determinación política?

F.E: El colectivo manifiesta mediante su trabajo una posición “política” frente a la producción y distribución de imágenes; imágenes como imágenes, no como imágenes que enmascaran mensajes. Una imagen no se hace “necesaria” por la información que contenga o que transmita (según Bruce Nauman), así que la preocupación no tiene nada que ver con la manipulación de la información sino sobre la manipulación de la imagen, pero no solamente de nuestra imagen, sino sobre los cambios que produce la imagen dentro de un lugar.

G.Z: Además, al poder interferir en realidades ajenas con o sin otra intención que la de traer imágenes irrelevantes hacia una nueva experiencia, significa darle lugar a esas imágenes en nuestro pensamiento y es ahí donde la realidad física puede comenzar a renovarse.

La creación de un colectivo no anticipa que sus conceptos tendrán implicaciones sociales?

G.Z: Sabemos que nuestro trabajo genera medios más amplios para la discusión en torno a las artes y, al menos, una pequeña dosis de impacto social y político. Claro, se atraviesan palabras diversas que no asumiremos desde especialidades semánticas o gramáticas: autogestión, administración, empeños. Es evidente, la tarea no resulta sencilla, el panorama poco alentador, pero estos empeños posibilitan la generación de nuevas herramientas de trabajo; estas agremiaciones necesitan movilidad, diálogo directo con el público, visibilidad en la esfera pública del arte.

Por ultimo, ¿Que concepto puede definir su trabajo hoy?

F.E: El concepto de marco, como una ventana, quizás porque es ese espacio que comunica el adentro y el afuera, y –ventanear- es ese gesto expectante; es ese buscar, buscar qué hacer, que en nuestro caso, es buscar una definición de lo que hacemos ¿arte?.